Feria del libro: Mario Obrero
- 22/05/2025
- Plaza Mayor
- Literatura
- 20:00
Presentación de los libros "Tiempos mágicos" y "Con e de curcuspín", de Mario Obrero, publicados por La Bella Varsovia y Anagrama
Corren los tiempos mágicos del pasado y del presente y del futuro: los tiempos mágicos de Carmen Conde en los caminos y de los paisajes que pintaba Jan Josephszoon van Goyen, de las sonatas de Sophie Lebrun y de quienes se sirven del diccionario de las confiterías. Corren tiempos distintos entre sí —unos años, otros siglos—, y sin embargo vivimos en la misma época, acaso la del lenguaje que se encuentra con el mundo, y choca contra él. Con este “big bang” estalla la poesía de Mario Obrero, y funda una era nueva.
Los poemas de “Tiempos mágicos” trascienden fechas y eslóganes. Algo —mucho— empieza con ellos. “Tiempos mágicos” celebra la fiesta del idioma, de la realidad, del compromiso; del compromiso con lo que sucedió, y tiene que contarse para no olvidarlo, y del compromiso con las formas de decir, con las palabras que escogemos. Del compromiso también con la poesía —y la idea, y la imagen, y la música o el ruido: eso depende— y sus posibilidades para saber de dónde venimos. Venimos de la defensa de la belleza, de la defensa de la justicia, de las intuiciones y la reacción de la razón. Ahora, ¿hacia dónde? Estos poemas quieren descubrir nuestro rumbo.
En los años del franquismo, en una parroquia asturiana, el maestro, castellanohablante, enseña las vocales a sus alumnos. En la pizarra, dibuja al lado de un abanico una a: «es la a de…». Todos gritan al unísono: «¡a d'abanicu!». Del abanico al abanicu, el pecado parece menor. Al llegar la siguiente vocal, la e emerge junto a un erizo en la pizarra. Y cuando el maestro repite: «es la e de…», todos replican: «¡ye la e de curcuspín!». Y es que los erizos normativos, por mucho que ocupen pizarras y documentos oficiales, son pocos en comparación con los curcuspines y su asamblea de nombres.
Sorprende que las lenguas del Estado despierten interés fuera de sus territorios, más aún desde el mismo centro. Sin embargo, ¿cómo no va a aprender asturianu o català alguien que, como Mario Obrero, pisa a diario las calles cada vez más políglotas de una ciudad como Getafe? Dice el autor que “la herencia de los pobres son las palabras”. Reivindiquémoslas, entonces, en todas sus formas; porque frente a unos marcos cada vez más estrechos y limitados necesitamos palabras, entes silábicos que nos hagan algo más sencilla y esperanzada la tarea de pensar el futuro.
“Con e de curcuspín” es un canto de amor a las lenguas que conforman una realidad plurilingüe y diversa: al galego, al aragonés, al català, al aranés, al asturianu, al estremeñu, al euskara…; a todas esas lenguas y literaturas minorizadas que hay que tener en cuenta no solo por las maravillosas obras que han dado y dan, sino por su admirable tenacidad por existir.
Las minorías, en su conjunto, son mayoritarias y universales;,y en un mundo erigido sobre un feudo monolingüe, buscar el curcuspín se convierte en una necesidad.
Mario Obrero (2003) es un poeta getafense. Desde que empezara a escribir a los siete años, ha publicado los libros ·Carpintería de armónicos” (XIV Premio de Poesía Joven Grande Aguirre; Universidad Popular José Hierro, 2018), “Ese ruido ya pájaro” (Ediciones Entricíclopes, 2019), “Peachtree City” (XXXIII Premio Loewe a la Creación Joven; Visor, 2021), “Cerezas sobre la muerte” (Premio Nacional de Juventud 2023 en la categoría de cultura; La Bella Varsovia, 2022) y “Tiempos mágicos” (La Bella Varsovia, 2024). Estudió bachillerato de Humanidades en el instituto público La Senda y actualmente cursa Filología Hispánica. Presentó las dos primeras temporadas del programa literario “Un país para leerlo”, emitido en La 2 de TVE, y colabora habitualmente en programas radiofónicos.
Presenta: Iván Hernández Montero