La Iglesia de San Nicolas fue construida en el siglo XIII y es una de las primeras iglesias de la ciudad.
Destaca además de su factura tardo-románica o proto-gótica la belleza de sus retablos interiores, así como la lucerna que hay en la nave del evangelio (la de la izquierda según se mira al altar mayor).
La iglesia ha sufrido numerosas restauraciones a lo largo de los siglos. La primera y muy profunda llevada a cabo por la familia Monroy, en concreto por Don Nuño Perez de Monroy, que fue enterrado en ella (murió en 1326) y por su hermano Fernando.
Su aspecto actual es gótico debido a la última restauración del siglo XV. También pueden verse importantes daños en su fachada sur. Donde se encuentra el rosetón, puede verse una gran grieta, provocada por el terremoto de Lisboa, así como lo sellos de yeso que se utilizan para comprobar si dicha grieta se agranda y hace peligrar estructuralmente la iglesia o no.