A comienzos del siglo XXI, las nuevas tecnologías comienzan a utilizarse como medio de relaciones humanas e intercambio de personalidades a través de la red. Entretenimiento puro, generador de vidas, músicos, poetas, escritores, parejas que rompen, otras que se unen y policías que puede que lo sean en la vida real.

Francisco, que está a punto de casarse con Mercedes, es un periodista que trabaja en una compañía de Marketing. Su alta y enfermiza afición por la página de sucesos le lleva a recorrer varias ciudades de España con tal de desenmarañar una serie de crímenes que considera conectados entre sí. Encuentra indicios en esa sala de chat, donde adopta el Nick de Zalamero.

Susana es la hija de un médico de Córdoba que, debido a un accidente, se encuentra impedida, recluida en su habitación y clavada a una silla de ruedas. Debido a esta circunstancia, sólo le queda el ordenador como escapatoria a su calvario. Es Bellasusi en el chat y se convierte en la novia virtual de Francisco. Como asidua lectora, imbuye todo cuanto le cuenta Francisco, como si de una novela de ficción se tratara y así, como por entregas, va trasladando a su familia.

El mundo de Susana, personalidad traviesa, divertida e indolente a veces, hasta ese momento se limita a su familia, con especial mención a su padre, Rafael, y su grupo de íntimos amigos. Francisco, en cambio, aunque muy sociable, es menos de bloques, más individualista como lo es un hombre de Madrid hecho a sí mismo.

La Cripta de la inocencia va más allá de una novela negra al uso. Es, en realidad un tributo a las relaciones humanas, la familia, la amistad, el amor, la lealtad y el humor desenfadado entre los personajes.

Cuenta, además, cómo, desde un acomodado punto de vista, la trama va superando a nuestros protagonistas y atrapando en una tela de araña desde la que no les queda más remedio que avanzar, como si de un video juego se tratara o una droga que les ha nublado sus mentes.

Después de esto sus vidas ya nunca volverán a ser las mismas, habrán sido sepultadas.

JUAN DE DIOS TAVIRA OLÍAS

Nací en Madrid el 29 de abril de 1966, pero pasé mi niñez y adolescencia en Plasencia.

Me mudé a Madrid a estudiar y trabajar como desarrollador de software, consultor e ingeniero de software.

Desde hace aproximadamente 10 años, por motivos laborales, me mudé a Irlanda, donde vivo con mi mujer e hija.

La lectura ha sido siempre mi pasión y aunque mi afición para escribir comenzó desde muy joven, es esta mi primera novela, la cual se fraguó durante una situación de desempleo ya hace tiempo.